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Archives: Adviento 1999 - ¿Y al fin de quién es el cumpleaños?

La historia de Navidad

Lucas 2: 1-14

En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un censo en todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de la Siria. Todos iban a inscribirse a sus respectivas ciudades. También José, como era descendiente de David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea y subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su hijo. Y dio a luz su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. El ángel del Señor se les apareció y los rodeó de claridad la Gloria del Señor y fueron presa del temor.

Pero el ángel les dijo: "No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo el Señor.

En esto lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron en torno al ángel y cantaban a Dios: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres."

Reflexiones para Adviento

y la Época de Navidad

por Ron Sider y Diane Vescovi

A medida que nos preparamos para la época de Navidad, ¿estamos preparados para la venida de Jesús? Cada Navidad, nosotros como cristianos, estamos llamados a recordar las raíces de nuestra fe.

Algunas veces es difícil ver el significado y gozo de la Navidad en medio del comercialismo navideño, pero todavía podemos hacer algo por ello. Podemos tomar un tiempo para reflexionar y compartir juntos y juntas, podemos preparar nuestros corazones para la venida de Jesús.

Utilizando estas reflexiones

Los recursos ofrecidos aquí, son para personas individuales, familias o grupos pequeños para utilizarlos como una forma de recordar la razón por la que celebramos esta época tan especial. Las reflexiones empiezan la primera semana de Adviento y siguen hasta la fiesta de la Epifanía.

Antes de dar comienzo al Adviento, necesitará hacer una Corona de Adviento. Puede buscar algún libro con instrucciones para hacer una corona. O si desea, puede seguir estas instrucciones muy sencillas. Consiga una caja o un plato hondo (no muy profundo), por lo menos nueve pulgadas de diámetro y llénela con arena. Coloque cuatro velas (candelas) color morado (púrpura) alrededor de la orilla de la caja o del plato hondo. En el centro coloque una vela blanca grande. Puede fijar bien las velas hasta que estén firmes y seguras en el lugar. -> <- Puede fijarle alrededor una planta de color verde como "la siempre viva" para darle un mayor realce a la corona.

Así mismo necesitará elaborar un escenario del pesebre, una Biblia y fósforos. Encienda una vela morada la primera semana de Adviento; encienda dos la siguiente semana y así sucesivamente. Encienda las cinco velas la víspera de la Noche Buena.

Haga un tiempo cada semana, quizás antes o después de una comida los domingos o cualquier otro día de la semana. Dependiendo de las edades en su grupo, los adultos pueden leer las reflexiones bíblicas con anticipación.

Incorpore partes del mismo en el calendario completo de Navidad y Adviento en el tiempo de adoración, especialmente para principiar los comentarios.

Reúnanse alrededor de la corona. Tomen turnos para leer, encender las velas, orar, cantar y compartir pensamientos e ideas.

 

Primera Semana de Adviento

Isaías 64:1-9; Salmos 80:1-7, 17-19;

I Corintios 1:3-9; Marcos 13:24-37

"Padre nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre".

Ya sea que esta frase sea mencionada en una reunión o asamblea, susurrada en la obscuridad de la noche, o compartida con un pequeño grupo de hermanos y hermanas, esta oración trae a nuestra mente una cercanía hacia Dios así como también una gran distancia a Dios. En el cielo, santo, todopoderoso, magnífico más allá de nuestra comparación, Dios también es nuestro Padre.

Las lecturas bíblicas de esta semana también expresan esa experiencia distante y cercana. En Navidad celebramos el nacimiento de un niño y esperamos su regreso con poder y gloria. Sin ahondar, la primera entrada del Señor en el tiempo puede que no nos parezca tan dramática y conmovedora. Pero nosotros sabemos que el nacimiento de Cristo fue el principio de una serie de hechos los cuales pusieron en movimiento la transformación del orden presente del mundo. Esto fue la intersección del tiempo y la eternidad.

¿Es realmente de extrañarse que luchemos para celebrar la Navidad en una forma que da testimonio a la grandeza del evento? Como dice Isaías 64:6: "todas nuestras buenas obras son como un trapo sucio". ¿Cómo podemos celebrar de una forma que encaje el beneficio de aquel que celebramos? "Porque El es nuestro compañero" es del tamaño de nuestros mejores esfuerzos -- que superficialidad en comparación con la realidad de la gloria del Unico engendrado. La misericordia de Dios abarca todo y nos da a conocer que: "Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro, tú nuestro alfarero". (Isaías 64:8)

Una vez, mientras viajaba en una carretera en Londres, llegué al final de la línea sin haber llegado a mi parada. Allí estaba. Y allí permanecí, aturdido. El hombre que estaba cerca de mí, en forma amable, pero irónica me dijo: "Se ve confundido". Lo que sentía en ese momento era lo que siente uno cuando tiene las mejores intenciones y le salen mal. De alguna forma me había equivocado, y había seguido el lado contrario de la carretera, estaba desorientado y con un poco de miedo. Lo menos que el corazón de Dios quiere es que nosotros experimentemos el temor en la Navidad porque nuestros mejores intentos por honrar a Jesús han alcanzado difícilmente su meta.

A medida que empieza esta época de espera, sería bueno mantener en mente la experiencia cercana y lejana de nuestra relación con Dios. Por un lado, conocemos las maravillas de Dios, y por el otro, Dios es un bebé en una cuna y entre los brazos de su madre. Allí sabemos que somos casi inmerecedores, pero aquí estamos esperando con gran anticipación su venida. En cambio, debemos celebrar este momento decisivo cuando Dios entra en la historia para demostrar el amor y poner las cosas en orden.

Recordemos que la intersección de tiempo y eternidad que nos conduce a la casa de nuestro Padre es una realidad que conforta, y que vence el temor en nuestros corazones. Así es como nos preparamos mejor para acercarnos a los demás en esta Navidad. Nuestro Padre nos dará el verdadero gozo para compartir con los demás.

 

Segunda Semana de Adviento

Isaías 40:1-11; Salmos 85:1-2, 8-13; 2 Pedro 3:8-15a; Marcos 1:1-8

"Venga tu reino".

Jesús era Dios personificado en la carne, El reino de Dios vino a la tierra, la autoridad de Dios fue demostrada y cumplida. Los descendientes de Abraham y Sara habían llevado con ellos durante mucho tiempo la promesa de la venida del Mesías, a medida que anticipaban el Día del Señor, la liberación máxima del cautiverio de sus enemigos.

Después de que los israelitas regresaron en gran número de su cautividad en Babilonia, ellos esperaban que Dios restaurara pronto a la nación así como había estado bajo los años dorados de David. Ellos reconstruyeron los muros en Jerusalén y se volvieron a dedicar al Señor. Después ellos le preguntaron: "¿Por qué el Mesías no había venido? ¿Cuándo llegará ese día prometido?" Isaías escribió: "Una voz grita: 'Preparen al Señor un camino en el desierto, tracen para nuestro Dios una calzada recta en la región estéril" (40:3) Y Juan el Bautista lo demostró 500 años después.

Si las personas que vivieron antes de los días de los viajes al espacio y las naves supersónicas estuviesen impacientes por la venida del Reino, cuánto más las aparentes demoras de Dios nos amilana en nuestros días y era de rápida movilización. En la noche del nuevo milenio, se nos hace larga la espera de paz y reconciliación de Dios en nuestras vidas, pero también muchas veces nos falta paciencia para hacer las cosas que Dios desea. En lugar de eso, buscamos las cosas rápidas y de fácil solución.

En nuestra sociedad en particular, tendemos a ver los resultados muy orientados. Nos enfocamos en resultados inmediatos, pero Dios consistentemente los enfoca a largo plazo. Segunda de Pedro 3:8-12 habla de "Esperen la llegada del día de Dios, y hagan lo posible por apresurarla" y "nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que dios ha prometido, en los cuales todo será justo y bueno." Y aun el "retraso," como nos recuerdan estos versos, es porque Dios "no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios."

Cuando yo era niño, mi hermana mayor pasó una época muy difícil al entrar a la edad adulta, sin estar preparada para el mundo tan duro que viviría fuera del círculo familiar. Tengo un recuerdo de ese tiempo, y recuerdo la Biblia de mi hermana sobre la cabecera de su cama. Era un gran alivio para mí, un niño de 6 ó 7 años, ver que en medio de los tiempos difíciles ella podía ver una luz en medio de la obscuridad.

Las celebraciones centradas en Cristo son como esa Biblia sobre la cabecera de la cama para aquellos que experimentan temor o confusión en el mundo. La Navidad pasada, una iglesia cerca de mi casa tenía un nacimiento vivo en donde yo me detenía todos los días a observar los movimientos de algunos animales de granja. Cierta vez una mujer iba detrás de mí y me dijo: "Todos los días debemos sentir esa paz." Allí se sentía una paz constante al estar de pie en el patio de la iglesia, ante esa humilde escena que representaba el nacimiento de nuestro Señor. Esta escena nos permitía vivir en la verdad que el Mesías había venido, y que en el tiempo de Dios, la voluntad de Dios se llevará a cabo en la tierra así como en el cielo.

 

Tercera Semana de Adviento

Isaías 61:1-4, 8:11; Salmos 126 o Lucas 1:47-551a;

1 Tesalonicenses 5:16-24; Juan 1:6-8, 19-28

"Hágase tu voluntad, en la tierra como también en el cielo".

Jesús vino a predicar las buenas nuevas a los pobres, a sanar los corazones abatidos, a proclamar libertad a los cautivos. Estos eran hechos dramáticos y poderosos de Dios en la historia. Hubo mucha emoción en cuanto a la proclamación de Juan el Bautista de la grandeza de Aquel a quien había señalado. Ese día no fue un día común y corriente cuando la luz verdadera vino al mundo.

Nuestros días son más comunes. Trabajamos para ganar nuestro salario diario y trabajamos arduamente para mantener a nuestra familia y a nuestra comunidad en buen estado y con un trabajo ordenado. Trabajamos. Oramos. Día a día tratamos de manejar nuestras vidas y de cumplir nuestras responsabilidades con Dios y con los demás. Algunas veces nos sentimos inspirados, pero muchas veces nos cansamos y cumplimos tareas de rutina.

La Navidad rompe esos días de rutina monótona y los convierte en días de emoción y gran espera. Gozamos y celebramos la grandeza de la luz que vino al mundo, sabiendo que Jesús vino a traer cambios fundamentales y absolutos. Él cambió la situación de las cosas y las trajo de la obscuridad hacia la luz, una corona en lugar de cenizas, aceite de alegría, en lugar de aflicción, alabanza en lugar de debilidad; todas esas novedades para reemplazar el fin.

Hace algunos años, tuve la oportunidad de visitar a prisioneros en la cárcel de una ciudad de Nueva York, una prisión de máxima seguridad. No hay sitio más aburrido y rutinario que en una prisión, pero los prisioneros que conocí allí eran diferentes, porque habían recibido la luz que probablemente les llegó en medio de sus días más obscuros. Durante una visita un joven de nuestro grupo compartió con los muchachos el folleto: "Mi corazón es el hogar de Dios". Yo estaba asombrado al ver cómo hablaban con sinceridad y expresaron su deseo de agradar a Dios en todo, y me asombré más al saber que ellos querían compartir con sus otros compañeros la libertad y gozo que ellos sentían al tener a Jesús en sus corazones. Realmente me conmovió la transformación que Cristo había traído a sus vidas.

La Navidad nos puede quitar el aburrimiento de nuestra rutina diaria. Frecuentemente, nuestro deseo es responder al llamado que Cristo nos hace por preocuparnos por los pobres, por sanar a los corazones dolidos y por proclamar libertad a los cautivos, degenerando la rutina mecanizada o aun la negligencia. A medida que Jesús entra en nuestras vidas rutinarias, vemos la fuerza, paciencia, bondad, favor, auto control, de lo que Dios ha hecho y hará en la tierra como en el cielo.

Cuarta Semana de Adviento

2 Samuel 7:1-11, 16; Lucas 1:47-55 o Salmo 89:1-4, 19:26; Romanos 16:25-27; Lucas 1:26-38

"Danos hoy nuestro pan diario".

Jesús nació en Belén, un nombre que significa "casa del pan", lo cual encaja con el destino del regalo de la vida y el abundante amor que Dios entregó allí. Para llevar el regalo en el tiempo exacto, Dios encontró siervos dispuestos a través de las generaciones de Israel que proclamarían el reino que iba a venir.

El Salmo 89 es un himno que celebra el amor constante y fidelidad para todas las generaciones. Así mismo, como en 2 Samuel, el rey David recibió esa promesa. Dios le habló por medio del profeta Natán para prometerle a David que su "casa y reino serían para siempre" y su "trono sería establecido para siempre" (2 Samuel 7:16). Sin embargo, David no se imaginaba cómo iba a suceder todo esto, pero la promesa de Dios era cierta y así Jesús "como hombre fue descendiente de David" (Romanos 1:3).

Lo que se requiere es el "Amen" de la fe, que sea hecho conforme a la voluntad de Dios. María concibió a Jesús por el poder del Espíritu Santo y como en el caso de David, al joven pastor le fue dado el propósito de su origen humilde. José también fue fortalecido para cumplir el plan y el firme propósito de Dios; él era un siervo fiel. A medida que Dios encontró siervos como María y José y muchos más antes de ellos, Dios también espera el día en que seamos siervos como el modelo de Jesús. No es solamente el perfecto ejemplo encontrado en Cristo, sino también establece su autoridad en nuestros corazones. Jesús cumplió la voluntad de Dios y también le fue fiel porque él llegó a ser el Siervo de siervos.

Sin duda, usted puede recordar a personas que han dejado una huella en su vida y ejemplificaron al siervo o sierva de Dios. Hace algunos años, vi a mi maestra de Cuarto Grado y la alcancé, cuando yo estaba saliendo de una iglesia cerca de la casa en donde viví mi niñez. Yo no sabía que ella era cristiana, pero lo suponía, pues recuerdo que ella se preocupaba mucho por sus alumnos y alumnas y por la energía que gastaba en el proceso de aprendizaje de los mismos.

Pero lo que más me impresionaba eran sus preguntas cuando nos conocimos años después. Ella no me preguntó de lo que había sucedido con los niños y niñas más inteligentes de la clase, sino que ella quería saber acerca de ese niño (¡de aquel que ella se recordaba después de 25 años!) quien era rebelde ¿Cómo le va? ¿Y la niña que era socialmente inadaptada? ¿Salió de su problema?

Yo podía escuchar la voz de Jesús en la voz de los recuerdos de mi maestra. Cuando pienso de nuevo en eso, me recuerdo de la ternura del corazón de Jesús. Cuando volvemos a pensar en Belén, también es un buen recuerdo.

Qué esto nos mantenga en el conocimiento del constante amor de Dios, para que el "Amén" de la fe esté listo en nuestros corazones y sea hablado en la más profunda confianza.

Noche Buena

Isaías 9:2-7; Salmo 96; Tito 2:11-14; Lucas 2:1-14

"Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Jesús nació en circunstancias humildes para poder convertirse en nuestro Juez, y para corregir lo que está fuera del mundo.

Isaías dice que no habrá fin para aumentar el gobierno de Dios, no habrá fin para la bondad de Dios en donde la maldad ha prevalecido. Dios nunca se cansa de darnos su justicia y salvación, y sus ángeles continuamente proclaman el evento de la salvación. Después, las Buenas Nuevas, son proclamadas cuando Jesús dijo: "Así les digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" (Lucas 15:10). Los ángeles cantaron en coro la noche del nacimiento de Cristo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres".

Los ángeles no cantaron para Herodes el rey, o para un alto funcionario romano, ellos cantaron para el niño recién nacido, para el Rey de Reyes.

Las personas religiosas de esos tiempos despreciaron a los pastores porque su trabajo no les permitió participar en las actividades religiosas de sus comunidades, pero Dios los usó como testigos especiales del nacimiento del Salvador.

Muchas veces Dios utiliza a ángeles, pero también muchas veces Él usa a personas humildes que son marginadas por la sociedad para ser mensajeros y mensajeros especiales como María, José y como los pastores inexpertos.

Margie fue una mensajera distinta para mí. Era una mujer de los años cuarenta que tenía una deficiencia física por los múltiples golpes de la vida. Era una mujer que había sufrido mucho y desde muchos años atrás ella no podía hablar, así que ella se comunicaba escribiendo letras y palabras en un pizarrón. Abandonada por su esposo e hijo, quienes no pudieron soportar la tensión y las complicaciones de su enfermedad, su vida estaba destruida. A pesar de esto, ella los había perdonado y experimentó el alivio de la libertad. Con una luz sobrenatural en sus ojos, ella me decía que Dios había venido a visitarla y que había reinado la paz en su vida desde ese momento.

Durante ese tiempo ella se cambió de ciudad y llegó a un lugar que se llamaba "La villa de la libertad" (¡Qué coincidencia verdad?!), en donde ella tenía un pequeño apartamento y vivía en comunidad, recibiendo la ayuda necesaria.

Los mensajeros y mensajeras como Margie se encuentran en lugares marginados de nuestra sociedad, en donde la esperanza ha faltado hasta que Dios con su gracia entró en sus vidas rechazadas. Si escuchamos a personas marginadas -- los pobres, los despreciados, los oprimidos -- también por medio de ellos escucharemos a Dios que nos habla a nuestra vida.

Navidad

Isaías 61:10, 62:3; Salmo 148; Gálatas 4:4-7; Lucas 2:22-40

"No nos dejes caer en tentación".

Jesús nos demuestra la belleza de la salvación de Dios al enviarlo a la tierra. Isaías describe esa belleza como "a un novio ataviado y como a una novia adornada con sus joyas" (61:10). En el Salmo 148 hay una alabanza infinita para el Dios que salva.

Al principio de esta época de Adviento, reflexionamos en nuestra experiencia al tener a Dios cerca y lejos de nosotros, y que eso nos permitía sentir el dolor de cómo nuestro ser era quebrantado e inadecuado nos detiene de poder experimentar la cercanía de Dios.

A medida que nos acercamos al Año Nuevo, podemos pedirle a Dios nuestro Señor que refleje en nuestras vidas la belleza que Jesús nos ha mostrado. Ana y Simeón tuvieron una nueva esperanza cuando María y José llevaron a Jesús a presentarlo al templo. Lucas escribe sobre Simeón que "esperaba la consolación de Israel" (Lucas 2:25). Y de Ana, que ella habló de Jesús "a todos aquellos que estaban buscando por la redención de Israel".

Maravillosamente, estamos entrando a lo que Dios está haciendo y podemos enfocar nuestra vista en las cosas nuevas que Dios ha preparado para nosotros y nosotras. Como Ana y Simeón, podemos regocijarnos en la salvación que llega a todos y todas los que le reciben, y cuando la tentación llegue podemos pedirle a Dios que nos de fuerza para imitar la fidelidad de Simeón y Ana, que esperaron pacientemente en el templo, orando por la Salvación de Dios para sus vidas.

Epifanía

Isaías 60:1-6; Salmo 72:1-7, 10-14; Efesios 3:1-12; Mateo 2:1-12

"Líbranos del mal".

Hasta en el principio de su vida, Jesús encontró los poderes del mal. La estrella de Belén fue una invitación para que los magos fueran a rendirle homenaje al Rey de los Judíos, pero Herodes señaló su propio dominio; en su tiempo, tales señales fueron comprendidas como indicaciones de que un nuevo gobernador tomaría el poder.

Herodes no tuvo éxito en destruir a su "rival", aunque en su temor planificó un gran mal. El poder de Dios, demostrado en un infante, sería muy poco en comparación con el poder de Herodes, pero como el teólogo Karl Barth comentó: "todos estos poderes están debajo de los pies del poder de Dios". Nuestra tendencia humana es sobrestimar los poderes opuestos a Dios porque en su visibilidad ellos parecen ser más reales. Sin embargo, la protección de Jesús en el rostro del mal que Herodes tenía nos recuerda quién verdaderamente tiene el poder.

Los magos que visitaron a Jesús eran astrólogos que habían sido llamados "sabios". A ellos se les dio la noticia de que un verdadero rey había nacido y a quienes ellos le llevaban sus regalos costosos como incienso, oro y mirra. ¿Acaso Dios abrió sus ojos para que reconocieran que el Creador de los cielos y de la tierra, del cielo, la luna y las estrellas estaba delante de ellos? Lo que hicieron los magos fue obedecer, cuando en un sueño, Dios les advirtió que ellos no deberían regresar con Herodes. El término común de "sabios" consiste en saber que el único que merece toda nuestra alabanza y obediencia es Dios.

A media que recordamos la historia de Belén, recordando también el nacimiento de Jesús a través de esta época de Navidad, sabemos muy bien que reconocemos el poder de Dios residente en la humildad de Cristo. Por un momento, imaginen a Dios entrando en nuestra esfera de la existencia para experimentar la vulnerabilidad humana. Deténgase por un momento y piense en la eternidad. Después piense en la forma que él sufrió la muerte humillante para hacer posible la presencia de Dios en nuestras vidas. Ahora el infante está muy cerca... está en nuestros corazones.

El apóstol Pablo escribió a los Romanos: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, la angustia, la persecución, el hambre, la falta de abrigo, el peligro o la espada? Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos llamó". Teniendo nuestra vista en la fe, nunca dudemos que Dios quien nos salvó y nos amó es bueno y maravilloso y está muy cerca, y que es grande y temible y superior a todo aquel que nos podamos imaginar.

"Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén"

 

©1999 Alternatives for Simple Living (Alternativas Para Vivir Sencillamente). Traducido por CEDEPCA y por Magdelene Meza, ELCA. Al traducir hemos hecho todo lo posible porque nuestro lenguaje sea inclusivo, sin embargo, algunas veces aparecen formas femeninas o masculinas solamente. Arte utilizado con permiso: "La Familia Santa" por Pat Willems, CSJ (para información, 800-8354-3504) y C.I. Publishing, 800-353-2225. Impreso en papel reciclado.

Alternatives es una institutión cristiana sin fines de lucro - con sede en Sioux City, Iowa - la cual se dedica a fomentar el desarrollo de estilos de vida y celebraciones simples, sencillas, y significativas; celebraciones que exalten la creación y nos alejen de las prácticas inculcadas por la sociedad consumerista. Fundada en el año 1973 con el propósito de elevar una voz de protesta en contra de la comercialización de la Navidad, Alternatives promueve las celebraciones que reflejan estilo de vidas consientes y responsable. Con el propósito de ampliar nuestros horizontes y atender las necesidades del mercado latino e hispano, tanto en los Estados Unidos, en Puerto Rico, y áreas adyacentes, Alternatives ha comenzado a desarrollar una serie de materiales bilinguës, los cuales pueden ser utilizados, tanto por personas de habla inglesa como personas de habla hispana.

Además de los materiales para celebraciones, Alternatives provee materiales sobre la paz, el hambre, y muchos otros problemas globales. Los libros para niños y guías de estudio son las favoritas de nuestros lectores. Si tiene alguna sugerencia o pregunta, o desea recibir una copia de materiales, libre de costo.

* "Adviento," reflexiones biblicas, incluyendo calendario.

* "Más Navidad-Menos Consumerismo" calendario para Adviento/Navidad

* "Nuestra Boda: guía para una celebración fuera de lo común," libro de 60 páginas

* Calendario de 40 días para la Cuaresma

* Recursos en Español (los siete artículos anteriores, incluyendo el calendario de 40 días para la Cuaresma - "Ríos en el Desierto"; "Caminos y Decisiones"; "Al menos 10% para lo que Dios creó"; "40 días para una vida más sencilla"; "La mitad de cada cosa; el doble el gozo"; el calendario/estilo poster para Adviento y Navidad: "¡Dios Viene!"; y "Adviento," 1997-2007 reflexiones biblicas (incluyendo "Diez consejos para una Navidad mas sencilla, pero con mas significado").

* Para descripción, recurrir al catálogo o las páginas del Web - SimpleLivingWorks.org.


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This page last updated 20 October 2012

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